sábado, 17 de diciembre de 2011

Más que una pasión, un sentimiento!


Sé que el titulo desperfila un poco, pero no escribiré sobre futbol o barras bravas, sino que de la ropa usada, ropa americana, ropa europea, ropa reciclada, ropa Vintage, o como cada uno la llame. Personalmente para mi es ropa usada.
Quisiera comentar en primer lugar que el termino ropa usada no se refiere a ropa que antes haya sido usada, sino que es una deformación del concepto “Ropa USA”. Ya que cuando llegaron las primeras tiendas de ropa que se traían en grandes fardos desde Estados Unidos, no toda la ropa era de segunda selección o mano, sino que también podíamos encontrar ropa nueva de diversas marcas de temporadas anteriores. Por eso también está la “Ropa Europea”.
Hoy en día la gama es bastante amplia si queremos comprar este tipo de prendas, desde las ya míticas ferias de cada ciudad (La de Grecia en Santiago, Ave. Argentina en Valparaíso, la feria de Los Vilos, etc.), pasando por las  infaltables tiendas de Bandera, a tiendas ya mucho mas “fashion” en Providencia, y qué decir de reuniones de chicas que se traspasan ropa de grandes diseñadores olvidados en sus closets.
Mi cuento con la ropa usada es realmente todo un CUENTO. Debo admitir que mi fanatismo por la ropa usada me acompaña desde que tengo uso de razón. Involucra a muchos seres queridos por lo tanto muchos sentimientos. Cuando era pequeña me encantaba usar la ropa no de mi mamá, sino de mi abuelita, la cual encontraba la más elegante del mundo. Ya cuando adolescente descubrí Bandera, luego del colegio vestida de escolar pasaba tardes completas  caminando por la calle entrando a todas las tiendas y sumergiéndome en cuanto cajón había, me iba cuando cerraban o cuando moría de hambre. En esa misma época mi querida nana de toda la vida me comenzó a regalar la ropa que tenía guardada quizás de cuando (mi madre había botado o regalada ya todo lo suyo)y para mi cada prenda o accesorio que me daba era un pequeño tesoro, sus regalos  son unos de los regalos más preciados que me han dado y que guardo casi en su totalidad.
Luego mas grandecita, comencé a llevar a mi hermana chica a las ferias (por supuesto también la llevaba  a Bandera), y buscar ropa entre la dos era entretenidísimo, ya que no solo buscábamos ropa para cada una, sino que también para la otra, de hecho muchas veces iba sola a la feria y no compraba nada para mí, sino que solo a ella, ya que encontraba ropa que era para ella, no para mí. Este acto de ir juntas los martes y los jueves a la feria regalona (una pequeña feria que queda en Peñalolén) es uno de los actos que más extraño, extraño encontrar pequeños tesoros, pero sobre todo compartir ese momento junto a mi hermana, un momento que es solo de las dos. Alegrarnos porque encontramos “esa” polera, o “esa” cartera y gastamos casi nada, para luego terminar nuestro paseo comprando una gran piña para mas tarde hacer un rico jugo en casa, lo extraño mucho.
Cuando volví a Chile luego de vivir en Chicago, con mi hermana nos juntábamos los martes en la feria, esa era nuestra reunión privada de hermanas, juntarnos temprano los martes para ir a la feria y como ya no teníamos el tiempo de cuando éramos adolescentes, terminábamos nuestro encuentro con un rico mote con huesillo.
Hoy estoy nuevamente fuera de Chile, mi hermana ya no va tan seguido a la feria, pero me cuenta que me sigue buscando algunos tesoros. Yo por mi parte hago lo mismo, trato de buscar cosas lindas que le gusten, para así cuando nos veamos nos entreguemos esos lindos tesoros que solo nosotras podemos disfrutar.

Me compré este abrigo mi primer año de universidad en el mes de febrero y recuerdo que lo único que quería era que hiciera frio. Gran compañero en las frías mañanas de Santiago y en las de Chicago también. Abrigo de lana inglesa, comprado en una tienda en Bandera, precio $5.000.



Ambas poleras me las regaló mi querida Nana, la primera fue furor en mi época escolar, creo que ha sido la prenda que más he lavado y relavado para volver a usar.


Sweater comprado por mi hermana, es %100 cachemira y le costó tan solo $1.000


Lindas carteras que me regaló mi querido amigo Javier, él muy lindo siempre estaba atento a si las personas querían regalar alguna prenda o accesorio lindo para luego dármelo.


Cartera de cuero comprada por mí en la feria a solo $2.000


Linda cartera que me regaló una profe en el colegio, ella estaba al tanto de mi gusto (y de mi hermana) por la ropa usada que nos regalo un montón de carteras, esta me tocó a mi :)


Y por ultimo una de mis prendas favoritas, mi sweater manga murciélago que me compro mi papá en la feria, creo que le costo $1.000

 

Y bueno faltan muchas más cosas, y es que muchas quedaron guardadas en Santiago (sobre todas las invernales) y también muchas carteras que por espacio no pude traer conmigo.
Como ven, mi relación con la ropa usada es más que el gusto por la ropa diferente, es un tema mucho más personal, me recuerda y me acerca a mis seres queridos, a la preocupación (y el tiempo) de encontrar y regalar ese tesorito que nadie más quiere o lo encuentra feo y viejo, y también el traspasar historias y recuerdos, pero también gustos.

Saludos!

2 comentarios:

  1. ciaiooo mira algo que me paso curioso con la ropa de segunda mano...en mi pais usar ropa de segunda esta mal visto ( costumbres) una vez llegue a italia conoci los negocios de ropa vintage de marcas como gucci, prada etc y la verdad aun asi para mi se salian de mi presupuesto. Me encantan los mercados, cosa que tambien viene a conocer aca y las cosas son muyyy baratas aun asi estamos invadidos por los chinos y bueno tratando de apoyar la economia europea no compro chino. pero es casi imposible!

    un saludito me encantas las bolsas!

    ResponderEliminar
  2. Pucha!! yo no tengo paciencia para buscar en esos enormes canastos o en las tiendas llenas de ropa, aunque he comprado varias veces porque hay cosas re lindas. En las ferias, no tengo éxito, nunca encuentro nada bueno, pero tu afición por ese estilo lo conozco hace años. Te mando besos grandes!!
    Pepona.

    ResponderEliminar