Hace unos años atrás, puntualmente el año 2007 me encontraba
yo visitando a mi entonces novio, actual esposo, en Chicago. Primera vez en mi vida que
viajaba sola y más encima tan re lejos. Era yo una inocente estudiante
de 22 años en tremenda ciudad. Andaba con un presupuesto cortísimo
digno de estudiante, pero me alcanzaba para una que otra cosita de los
United. Un día entramos a una tienda (ya ni me acuerdo cual) y me
enamoré de unos lindos zapatos, los recuerdo como si fuera hoy: eran una
balerinas de color azul con morado lindas lindas. Jamás en mi vida
había usado balerinas - salvo unas horrorosas cuando hice la primera
comunión mmm mejor olviden eso y sigamos - pero me dije a mi misma que
era un buen momento de comenzar, además pa que andamos con cosas era
casi remotamente imposible encontrarme esos mismos zapatos en Chile. Y
lo mejor de todo era que no valían más de 20 dolares. Mis ojitos ya no
daban más de felicidad, corrí donde Eduardo y le digo "me llevo estos
zapatos" y él con cara de horror me dice "son horribles" y yo tal
como un monito animado cambié el rostro de felicidad a tristeza, y claro
el problema no era que los pagara él, sino que me hizo dudar, y a mi
cuando me entra la duda no hay quien me la saque, me da vueltas y
vueltas y no me deja tranquila. Él por supuesto ni supo de mi duda
existencial, después de decirme que los zapatos eran horribles se dio
media vuelta y siguió con lo que estaba pero yo ya no podía mirar esos
zapatos de la misma forma, ya no eran el GRAN descubrimiento de hace
unos minutos atrás, me comencé a preguntar si realmente eran TAN lindos
como yo pensaba, que con qué me los iba a poner, que quizás con esa
misma plata que me escaseaba me podía comprar algo mucho más lindo, esas
y veinte mil preguntas más me hice. Al final como imaginaran no me
compré los zapatos.
¿Por que cuento esta historia después
de 5 años? porque me jure y me recontra jure que nunca más le hacia caso
a Eduardo. Osea me gusta que me acompañe a elegir ropa, pero en
realidad prefiero ir sola porque siempre me hace dudar y no es que yo me
quiera llevar la tienda completa, no, pero tiene el talento de sacarme
de las ideas más seguras que yo pueda tener. Hace un tiempo ya acepté
que la ropa y los zapatos que me gustan mayormente no son del gusto de
la mayoría, sé que en lo más profundo de su ser Eduardo odia mis
zapatos, pero ya lo acepté y de hecho nunca me molesto, sino que el
problema es como lo dije antes me hace dudar de cosas que yo ya creo
resueltas.
Hace unos días fue a un garage sale que hay
cerca de mi casa (es una especie de garage sale permanente) y me
encontré con una linda blusa y un vestido ambos de seda , me los probé encima de la
ropa y me los lleve conmigo (a dolar cada prenda no hay quien se resista). Llegué a la casa los
lave y luego los planche, al llegar Eduardo le digo que me compré un
vestido y una blusa con tigres que sé que las va a odiar. Mira primero el vestido y me dice "Cecilia, ese vestido
es de vieja" yo me río y le digo claro si lo más probable es que se
parezca a los vestidos que usaba tú mamá cuando tu eras chico, y debo
decirte que mi santa suegra era más joven que yo y ya te tenía por lo
tanto yo soy más vieja que el vestido jajaja. Luego mira la blusa y solo
se ríe y luego me dice "¿esa blusa me parece conocida? y al hacer
juntos memoria era porque un tiempo atrás andábamos juntos en la tienda y
yo ya me había probado la famosa blusa pero algo me dijo Eduardo que me
hizo dudar y no la lleve. Como esta vez fui sola me la compre sin culpa
ni duda.
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Blusa con tigres y cadenas que me encanta |
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Vestido de "vieja" |
Todo esto me hace recapitular y decir nuevamente que 1 siempre
vuelvo a lo mismo y 2 trataré que nunca más me haga dudar de algo que me
gusta. Esta es mi nueva resolución.
Saludos!
Ahh y la pregunta de rigor ¿sus respectivas parejas odian algo de sus closets?